La historia de Asadores Brasaia se entrelaza con un importante episodio personal de su creador.
Nací en Caracas, Venezuela, y emigré a México en 2012. La primera ciudad donde viví fue León, Guanajuato, ciudad mediana de la provincia. Hasta ese momento, mi pasatiempo personal más importante era el buceo, pero León está a casi 7 horas del mar, así que los fines de semana los alternaba entre mis otros dos hobbies: la bici montañera y la carne asada, la que aprendí a hacer con técnicas mixtas aprendidas de mi padre, mejorada con trucos de amigos argentinos y uruguayos, y de un experto baquiano de la carne en vara de los llanos venezolanos. Entre las posesiones mas valiosas que pude traerme de Caracas, estaba mi asador tipo argentino en peltre, el cual era una rara joya que compré directo del fabricante después de un largo proceso de descartes de los de modelos tradicionales. Este aparato único, vino cuidadosamente envuelto en la mudanza.
En poco tiempo, ese asador se convirtió en el centro de nuestra vida social. Hacer carne asada es una perfecta excusa para invitar gente a nuestra casa, pero además había dos cosas que en particular llamaban la atención: mi preferencia por hacer cortes de carne enteros (para nada comunes entre los parrilleros mexicanos), y la peculiar manivela de mi asador, con el que puedes mover la parrilla hacia arriba y hacia abajo, dependiendo de la intensidad de la brasa que desees.
Luego de vivir 3 años en León, me tocó mudarme a Guadalajara, Jalisco. La historia de hacer amigos en torno a las brasas se repitió con tanto éxito que el pequeño y cumplidor asador frecuentemente se quedaba corto, pero no encontraba en el mercado uno que lo sustituyera con igual eficiencia, practicidad y durabilidad. Aunque adquirí al menos dos asadores más, ninguno se comparaba con mi singular y preciada pieza.
Una vez tuve un jefe que me enseñó un mantra que repito con cierta frecuencia: "nunca está uno mejor servido que por uno mismo". Así que un día, residiendo en la Ciudad de México, decidí emprender en la industria de la fabricación de asadores, mercado muy competido y como muchos otros, dominado por los chinos. Desde entonces, mi meta siempre ha sido "fabricar el asador más innovador, práctico y duradero del mercado"
Con Brasaia, espero multiplicar mi historia de éxito en la integración a un país con una cultura diferente, porque espero hacer miles de amigos que posean el mejor asador del mercado, y que éste artefacto sea tan importante en su historia personal y en sus relaciones sociales como lo ha sido para mí.