¿Quieres obsequiarle algo a tu parrillero que realmente vaya a usar, y que no quede arrumado al poco tiempo?
Un parrillero humilde seguramente agradecerá cualquier detalle, pero si realmente quieres ganar su eterna gratitud -y la preferencia en recibir las mejores piezas del asado, presta atención a nuestra selección de los mejores y peores regalos.
Los mejores:
Cuchillo profesional: aunque el parrillero ya tenga un buen cuchillo, uno de buena calidad siempre es bienvenido. Puede ser que escojas una variante de tamaño o forma, y muchísimo mejor si es un cuchillo forjado artesanal tipo "criollo" argentino.
Termómetro digital: para los más puristas, tal vez difícil de aceptar al principio que el punto perfecto de la carne sea determinado por un aparato, pero después de probarlo varias veces, se hace indispensable porque la da al parrillero la libertad de hacer otras cosas minimizando las sorpresas de que suba o baje demasiado la temperatura. Los mejores termómetros digitales son los que traen una o varias sondas, un transmisor y un lector remoto; de estos algunos se pueden leer en una app en el teléfono, pero a veces no es agradable -ni higiénico, manipular tu smartphone y los alimentos sin lavarse las manos entre uno y otro, así que tal vez preferirás los que traen un receptor propio.
Termómetro analógico: muy económico, útil y práctico. Cuando aprendes los trucos para usarlo apropiadamente y las temperaturas para los distintos cortes, es un aliado indispensable.
Encendedor eléctrico: quizás el secreto mejor guardado del arsenal de herramientas parrilleras existentes. Es una resistencia con un mango aislante que se coloca entre los carbones, y cuando se pone al rojo vivo, enciende todo en pocos minutos. Volverás a usar cerillos y otros métodos arcaicos sólo cuando estés en un lugar muy remoto, o si llega a irse la luz.
Caddy parrillero: no hay nada mejor que tener todos tus accesorios básicos y condimentos a la mano sin tener que buscar por toda la casa, y poder llevarlos a cualquier lado sin que se te olvide nada. Un caddy es como una caja de herramientas, dedicada al asado.
Mandil: como cualquier prenda de uniforme, de vez en cuando hay que lavarlo, cambiarlo, renovarlo, o tener uno extra para el ayudante ocasional. Hay precios para todos los bolsillos y se puede personalizar con nombres, frases inspiradoras o de buen humor, o con el logotipo de su equipo favorito. Intenta escoger uno que sea lavable, los de color oscuro aguantan mas el uso rudo.
Sales y especias exóticas: a veces el parrillero se puede aburrir de preparar lo mismo y con los mismos ingredientes, pero no lo suficiente como para gastar en sales rosadas del Himalaya recolectadas en plenilunio, pero si se las obsequias no va a resistir la tentación de innovar un poco y de presumirlas.
Plancha de hierro colado: totalmente útil para presentar la carne como un pro, sobre todo si la audiencia de comensales es numerosa. Mejor si viene con una tabla de madera de base, porque la idea es que esté muy caliente para que la carne se conserve en la temperatura optima mientras se consume.
Sartenes de hierro: una de las pocas cosas que necesita un parrillero de esos que parecen tenerlo todo. Sirve para cocinar elementos pequeños como vegetales, tocino o cualquier acompañante sobre la parrilla. Toma en cuenta que va a necesitar guantes aislantes para manipularlo.
Tablas: no importa cuántas tablas de madera tenga el parrillero, al igual que con el cuchillo, tener diferentes formas y tamaños siempre es necesario para presentar la carne como todo un artista culinario.
Un asador nuevo: te parecerá redundante, pero hay muchos tipos, tamaños y usos diferentes de parrillas. Si tu parrillero ya tiene uno grande, tal vez uno pequeño para cuando son pocas personas es bienvenido. También hay diferencias entre asadores abiertos (sin tapa) y cerrados, ahumadores, para leña, carbón o los de gas, menos apreciados por los ortodoxos pero igual son útiles en ocasiones. Hay precios para todos los bolsillos, pero intenta preferir calidad sobre tamaño o apariencia.
Los peores:
Kits de pinzas, cuchillo, etc.: generalmente son económicos, pero lo barato sale caro. Los componentes suelen ser de pacotilla y terminan tirados u olvidados. Preferirás regalar un buen cuchillo o unas buenas pinzas seleccionadas individualmente.
Guantes acolchados: a menos que se necesite para manipular un sartén o plancha de hierro fundido, los guantes de parrilla suelen ser inútiles, nadie agarra el carbón con las manos, para eso están las pinzas.
Juegos de condimentos: para hacer parrilla apenas se necesita sal, pimienta, algunas veces ajo en polvo, y algunas combinaciones especiales de rub, que idealmente son selección personal del parrillero. Un set con tomillo, cúrcuma, clavos y especias por el estilo sólo ocupará espacio y tal vez nunca será usado en su totalidad.
Accesorios inútiles: hay literalmente miles de inventos inútiles para la parrilla, seguramente diseñados por personas que nunca en su vida han cocinado. Si no has visto que tu parrillero utilice algo similar o sustituto inferior al "invento" en cuestión, no se lo regales. Lo mismo aplica para algunos asadores hechos industrialmente, que son poco prácticos para usar, difíciles de limpiar, y que con pocos usos quedan impresentables.